amnesty.org.– Ni la familia ni la abogada de Mohamed Lamine Haddi, activista saharaui encarcelado, han tenido noticias de él desde el 9 de abril, cuando llamó a ambos para decirles que las autoridades de la prisión lo habían amenazado con llevarlo al calabozo —una celda pequeña, tipo mazmorra— si su familia no dejaba de pedir públicamente su liberación. Mohamed Lamine Haddi lleva desde 2017 detenido en régimen de aislamiento en la prisión de Tiflet II de Rabat, cuando lo condenaron a 25 años de cárcel en el juicio masivo injusto de “Gdeim Izik”. Su salud se deterioró considerablemente tras la huelga de hambre que mantuvo durante 69 días en protesta por el maltrato sufrido en enero de 2021.
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